Bultos mamarios: No son sinónimo de cáncer

Encontrar un bulto en la mama no siempre tiene que significar que ese bulto sea maligno y que se esté desarrollando un cáncer mamario.

Sin duda alguna, encontrarse una protuberancia, no solo en la mama sino en cualquier parte del cuerpo, puede hacer sonar las alarmas en nuestra cabeza haciéndonos pensar en el peor escenario posible. Esta es una reacción lógica y natural que nos trata de proteger de eventos perjudiciales para nuestra salud.

Sin embargo, es importante saber que la mayoría de las veces la presencia de un bulto en la mama es sinónimo de lesión benigna. Existen diferentes razones por las que estas protuberancias aparecen, estando casi siempre ligadas a la edad fértil y los ciclos menstruales de la mujer.

Los quistes mamarios son una de las causas más comunes de bultos benignos, siendo lesiones redondeadas causadas por la dilatación de un conducto mamario, que se llena de líquido. Estando muy influidos por los cambios hormonales, suelen aparecer antes de la menstruación y desaparecer luego de esta.

También influidos por el ciclo menstrual, los cambios fibroquísticos de la mama pueden generar zonas inflamadas, con bultos o áreas rugosas, debido al endurecimiento del tejido mamario.

Procesos infecciosos o traumáticos, como son la necrosis grasa, abscesos y mastitis, también pueden promover la aparición de protuberancias dolorosas, enrojecidas e inflamadas, incluso con la posible salida de secreción purulenta a través del pezón. Usualmente ameritan un tratamiento antibiótico, así como otros cuidados médicos para prevenir posibles complicaciones.

Otros bultos incluyen a los fibroadenomas y lipomas, teniendo estos una densidad más sólida y presentándose de forma única o múltiple, en una o ambas mamas. En estos casos, la palpación puede ser sugestiva de bultos benignos, pero debe complementarse con otros estudios más profundos.

Dada la posibilidad de presentar distintos tipos de protuberancias, es fundamental saber realizarse un autoexamen mamario y saber diferenciar las características clínicas que podrían indicar la presencia de lesiones malignas, incluyendo:

Bultos duros

Poco definidos, poco móviles y adheridos a planos profundos.

Cambios en la forma

O tamaño de la mama

Enrojecimiento

Irritación y dolor en alguna parte de la mama.

Cambios en la textura

De la piel de la mama.

Posición distinta del pezón

así como presencia de secreción.

 De esta forma, a través de la autoevaluación, encontrar un bulto en la mama no debe significar la generación de preocupación excesiva. 

Sin embargo, además de la palpación manual, el examen clínico de mama puede realizarse con tecnología como el iBreastExam, un innovador examen electrónico capaz de descubrir lesiones perceptibles y no perceptibles a la palpación.

Siendo muy fácil de usar a través del seguimiento de simples instrucciones, el uso del iBreastExam permitirá conocer la presencia de bultos mamarios, cuyas características le serán de mucha ayuda al médico, una vez consulte a la paciente.

Salud mental en mujeres con cáncer de mama.